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GRANADILLA (Cáceres)

Cuando hablo de castillos o pueblos amurallados, inevitablemente, en mi cabeza comienzan a arremolinarse miles de imágenes de príncipes, princesas y un gran número de personajes medievales  que los cuentos infantiles se han encargado de mostrarme, de una forma…poco real.

Quizá esos cuentos no son tan irreales, pero lo que sí está claro es que casi siempre nos muestran la cara amable de esa época. Justo eso me sucede cada vez que visito Granadilla; una villa medieval en la provincia de Cáceres, donde ya no quedan príncipes ni princesas y donde en la actualidad, únicamente reina la tranquilidad.

Pasear por las calles de granadilla es una verdadera delicia para nuestros sentidos, pero poco podemos imaginar de los difíciles momentos que pasaron sus habitantes, cuando en 1955 el Consejo de Ministros de Franco decretó la expropiación del municipio, incluido su casco urbano. El motivo de esta expropiación fue que, al retomar las obras del pantano de Gabriel y Galán, que hoy vemos como un entorno idílico, los alrededores comenzaron a inundarse y los habitantes se encontraron aislados y sin agua potable.

En la actualidad, Granadilla no tiene habitantes fijos, pero más adelante os contaré por qué en algunas ocasiones sí está habitada. Ahora es momento de disfrutar un poco de la magia del lugar.

Comencemos a conocer su castillo. A mediados del Siglo XV la “Casa de Alba” paso a ser la dueña de la Villa de Granadilla y el primer Duque de Alba tomó la iniciativa de construir el castillo hacia los años setenta de ese mismo siglo. Tiene forma prismática de selección cuadrangular a la que se le añade en cada uno de sus lados un dojon semicilíndrico a modo de torre adosada. El perímetro superior está recorrido por un almenaje con merlones, rematados por pequeñas bolas. Desde la zona más alta podemos disfrutar de las maravillosas vistas del pantano y sus alrededores. En el interior, las estancias están cubiertas por bóvedas de cañón.

Una vez salimos del castillo pudimos recorrer gran parte de la muralla, donde nos topamos con varios cervatillos buscando comida que caían de los árboles frutales, que se encontraban en la propia muralla. Sin duda, ese paseo fue maravilloso y no solo por las vistas que nos ofrecía la altura de la muralla, sino por la magia que se vivía en el ambiente. ¡Aquel lugar estaba lleno de historia!

Seguimos avanzando y nos topamos con la iglesia de Granadilla, un templo tardogotico y renacentista, construida en el siglo XVI y restaurada en 1991. Tiene cabecera de varios paños formando un polígono que facilita el asentamiento de las bóveda estreladas del interior de este ábside.

La mayoría de casas ahora son ruinas, pero al ser declarada conjunto histórico en 1980, pasó a formar parte del Programa de Reconstrucción de pueblos Abandonados.

Con el Programa de Reconstrucción de Pueblos Abandonados, no solo se ha rehabilitado el pueblo, sino que se ha conseguido que muchos estudiantes de toda España puedan vivir la experiencia de ser ganaderos o agricultores mientras viven y trabajan dentro de la muralla.

Pasear por la plaza mayor, nos hizo retroceder 60 años atrás. Era fácil imaginarse a los habitantes del lugar pasear, o incluso tomar un ponche a la vez que bailaban en las fiestas locales.

Granadilla tiene horarios de visita, por lo que es fácil encontrar en todo momento turistas que llegan allí con la intención de ver y tomarse fotos junto a la Casa de las Conchas, Casa de los pájaros o cualquiera de las casas rehabilitadas de esta maravillosa villa perteneciente al municipio de Zarza de Granadilla.

Y hasta aquí mi particular visita por Granadilla. Espero que te haya gustado y recuerda dejar tu comentario y seguirme a través de este canal o de las redes sociales Facebook o Instagram, para no perderte ninguna de las siguientes 🙂

Publicado por: Eli González

2 comentarios en “GRANADILLA (Cáceres)”

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